UN MOMENTO EN EL DÍA ,PARA RECREAR EL ALMA A TRAVÉS DE LAS MANIFESTACIONES DEL ARTE QUE NOS RODEA ,PARA BIEN DE NUESTRO ESPÍRITU Y DE NUESTRO CUERPO.

sábado, diciembre 18, 2010

La Navidad, un recuerdo que alimenta al alma



Me llega a mi mente esas tardes y noches en la Finca del Cortijo o en Duitama, durante el periodo de Navidad; y él como Don Aristides y Dona Edelmirita nos acompañaban y animaban; hoy desde ese mundo desconocido pero anhelado ellos están presentes en nuestros corazones.
La Navidad en la placidez de la vida inocente del niño en épocas pretéritas vienen a nuestra mente los recuerdos de un periodo del año esperado con ansia por grandes y pequeños dentro de un marco de gran sencillez marcada durante 9 días con sus noches por la alegría y la grata espera por la llegada del Niño Dios.
Las apuestas de loa aguinaldos, aquellos juegos inocentes que entre los familiares y amiguitos hacíamos marcaban una alegría de sana paz. Apostar al hablar y no contestar, a pajita en boca, al sí y al no a la estatua y al beso robado eran juegos que daban un toque de inocencia y de diversión sana.
La organización y la búsqueda del musgo para arreglar el pesebre marcaba una oportunidad de organizar paseos a la montana para recolectar esos musgos, pajitas, chamizos y ramas de pinos .Era un día de paseo y de relacionamiento de amistad para compartir dicha tarea y los adolecentes aprovechábamos para interactuar con las amiguitas y amiguitos con la malicia inocente de los primeros contactos entre corazones que se acercan.
La construcción del pesebre era una labor de mucho compartir y donde la iniciativa se ponía en juego para hacer con elementos traídos de la finca o de los jardines para armar un hogar abrigado para recibir al Niño Jesús. Una casita hecha con paja y unas figuras de los reyes magos, san jose, la virgen, los burritos, las vacas hechas en arcilla cocida daban ese toque de recuerdo de la familia de Belén.
La preparación de las comidas y bebidas caseras era una labor ardua pero marcada por el gran deseo de compartir lo mejor con los seres queridos., los vecinos y los empleados de la casa y de la finca. La natilla los buñuelos, el masato las colaciones, los merengues y demás era una oportunidad de colocarle amor a dichas fiestas Navideñas.
La pólvora mediante los triquitraques, las luces, los torpedos, los totes manipulados con gran inocencia, por los niños sin prever el peligro latente que eso significaba a Dios gracias sin tragedias pero si en algunos casos con quemaduras leves que hacían pensar a los mayores en los riesgos que se tomaban para hacer divertida las noches de aguinaldos. y las luces a partir de faroles y de velas acompañados de la Coleman que con su caperuza daba el toque de alegría en la noches de aguinaldo.
La carta al Niño Dios era toda una labor de gran reflexión para pedirle un regalito que alegrara nuestras vidas y estas eran entregadas con gran esperanza para que en la noche de Nochebuena apareciera debajo de la almohada o debajo de la cama el regalo que traía el Niño Dios.
La noche de Nochebuena era una noche de gozo y de gran tensión para luego de rezar la Novena, comer los potajes tales como los tamales, el ajiaco que la Mama se esmeraba en preparar matizados con dulces y buñuelos y las bebidas inocentes preparadas en casa; era una noche en donde existía la premura por e acostarnos temprano para que llegara el Niño Dios con su regalito tan esperado.
Al otro día ,muy tempranos madrugar a ver el regalo del Niño Dios y salir a jugar con él y mostrarlo a los demás hermanos ,primos y vecinos haciendo gala de lo bello que le parecía a uno la pelota de letras, el carrito de madera, el trencito de cuerda era toda una novedad. Así mismo a arreglarnos con el vestido nuevo o arreglado por la Mama para estrenar a veces lo viejo de los hermanos mayores, pero arreglado con gran cariño y belleza.
Acompañar a todos a la misa y celebrar luego el almuerzo familiar acompañado de los vecinos o amigos que se juntaban para celebrar la Fiesta del 25.; era toda una Fiesta llena de alegría y de inocencia que hoy se estraña por que el consumismo y la gran modernidad hacen de esta época un periodo donde el mercado de los suntuoso es lo que prima.
Recordar es vivir y ese periodo de la vida no se olvida y alimentalos recuerdos el alma y pensamos que nuestros padres Don Aristides y Dona Edelmirita hacían lo mas que podían porque ese fuera una fiesta grande, tan grande que aun las recordamos y valoramos mucho más que lo que hoy se vive en este mundo , con lo electrónico y con la gran comunicación que limita de verdad, la verdadera convivencia sencilla pero llena de belleza y de ternura que alimenta el alma.
Los queremos y les deseamos Feliz Navidad y un 2011 lleno de lo que anhelen de verdad, para cada uno y la familia cercana y lejana lo logren.
Minfanteo
Diciembre de 2010