UN MOMENTO EN EL DÍA ,PARA RECREAR EL ALMA A TRAVÉS DE LAS MANIFESTACIONES DEL ARTE QUE NOS RODEA ,PARA BIEN DE NUESTRO ESPÍRITU Y DE NUESTRO CUERPO.

miércoles, mayo 22, 2013

Un viaje en tren

Un viaje en tren 
  Ese animal grande al cual se refería mi madre , mostrándonolo  jocosamente como "el burro grande" ,era ese gran mecanismo de locomoción que para un niño era un portento, algo inconcebible en un campo lleno de verde bello ,derivado de esos sauces  llorones, de diversos coloridos en tonos al rango desde el verde profundo hasta el verde amarillento pasando por los verdes ocres y verdes cenizos.,ondulantes rítmicos al ritmo de los suaves vientos de esa bella comarca llamada Bonza  (Boyaca) . Así mismo de esos eucaliptos y pinos majestuosos plantados en esa llanura donde se constituyen en vigilantes y protectores de esos bellos parajes.
Es por ahí por donde el tren cruza majestuoso con su rugido rítmico de su locomotora a carbon y el graznido de los rieles por donde ambulan sus vagones que alojan a los vecinos que se desplazan hacia los centros poblados llevando sus productos campesinos apetecidos en dichos centros, así como a los tíos y primos que regresan de sus limitadas vacaciones por estas tierras consentidores del amor y las caricias.

Ir a la Estación de Bonza ,esa pequeña oficina donde el Agente del Ferrocaril ,vestido con ese kepis y con su cara adusta ,se esfuerza preparando el arribo e inmediato reinicio de su viaje por las tierras cundiboyacenses  del tren de la tarde. Impresionaba como este agente ubicaba en un aro de caña brava o bambú o similar los documentos de viaje y ,seguramente documentos presurosos de llegar a su destino; los cuales eran entregados al maquinista con suma velocidad. Pareciera fuera la ruta de vuelo o mejor la ruta de carrilera.
Esos trenes eran una institución para los vecinos ,unían comarcas promovían el mercado y era un paseo ir por ejemplo de Bonza a la Estación de la Sabana en Bogotá.

Nosotros llegábamos temprano a la estación en base a un traslado en caballos  desde la Finca  a la Estación. Los pasajeros ya organizados  es sus respectivos puestos y los chiquillos correteando por el vagón bajo la supervisión casi militar del cobrador de pasajes ,contrastando con las buenas maneras de papa y mama. Salíamos con el poderoso   "El avío" ,con gallina y demás acompañamientos para nuestro almuerzo.
Era ,o es,aún  un viaje ecológico ,ya que va uno descubriendo  diversidad de paisajes en donde se armonizan las planicies,los recodos, las quebradas, los pequeños lagos y represas de agua  ,las ondulaciones combinando su vegetación con " los parroquianos", sus rebaños y manadas  de bovinos y ovinos con Los sembradíos de trigo, de cebada, de papales y desde luego las gallinas y los chanchos juguetones .

El traqueteo rítmico duerme y uno envuelto con la ruano o el pañolón nos llama a hacer la siesta que sólo la suspende cuando aparece el cobrador y los vendedores de diversas golosinas y bocados exquisitos propios de cada pueblo por donde el tren hace su viraje.

Y al descubrir la Sábana de Bogotá y comenzar a ver más transporté y transeúntes nos despabila y van apareciendo las construcciones y parajes propios del Bogotá de antaño. Comienza nuestra mente infantil a descubrir lo que es una ciudad ,en donde la gente se aglomera , camina más rápido y todo fluye con mayor rapidez y nerviosismo que de a poco nos va involucrando en esa Bogotá tan anhelada por los pueblerinos como somos nosotros. 
Minfanteo
2013-04-17