UN MOMENTO EN EL DÍA ,PARA RECREAR EL ALMA A TRAVÉS DE LAS MANIFESTACIONES DEL ARTE QUE NOS RODEA ,PARA BIEN DE NUESTRO ESPÍRITU Y DE NUESTRO CUERPO.

lunes, diciembre 09, 2013


El paraguas de Raquel
Vivíamos  en un pueblo donde el frío y la lluvia eran nuestros principales compañeros a lo largo del año. Ese frío mañanero que tiene la habilidad de manteares inalterable todo el día. Además si esto te mortificaba podrían llegar esos aguaceros amañados de estar a media máquina durante largas horas.
El sol poco aparecía y si llegaba era porque amenazaba un chubasco mayor con granizo pequeñito que alegraba a los niños y con el cual jugábamos para matar el tedio de esas tardes paramunas.
Una pequeña ciudad con mucha historia ,arte y con buenas instituciones educativas agrega más calor humano a esa población trabajadora rica en virtudes humanas y patrias que dan calor humano a propios y visitantes.
En una de esas tardes llego Doña Raquel ,creo así se llamaba la maestra de la escuela , una mujer agradable cercana a los cuarenta años, solterona ya pero adosada de buenas piernas y unos pechos voluptuosos difíciles de olvidar ,venía a visitar a mama y su paraguas glorioso no podía faltar con ella , así que verla atravesar el jardín de geranios ,novios y begonias daba un matizar de belleza a esa tarde paramuna
Es claro que ese clima obligaba a tomar precauciones y dentro de ellas estaba la de  abrigarse muy bien con un buen buso y medias de lana hecho en casa por mama ,, una ruana gruesa y los mayores con su gabardina y/ o encauchado . Así mismo ver por las calles los paraguas andando era algo normal para protegernos de la lluvia y las señoras en especial del sol de clima frío que quema más que ají del rojo.
Los adolescentes y jóvenes desprevenidos andábamos sin esas precauciones y la gripa aparecía con frecuencia y la cantaleta de la mama llegaba a borbotones, claro que con su consentimiento la gripita se manejaba con las agüitas de panela con miel y limón . Yo flaco y con apariencia de desnutrido era candidato a pegar la gripa de moda. Así que mi mama me tenía cortico con la cantaleta de que usara mi ruana, la boina y los zapatos de goma para evitarme la gripa  y evitar quedar en casa adornando mi cama llena de moronas  de pan y la sábanas con algo de manchas de agua de panela que siempre me alcanzaba mama con un mejoral partido al medio y por mi inquietud, la derramaba  en el momento menos oportuno.

 Un día de esos apareció Doña Raquel a visitar a mama y tomar el chocolate batido y rauda olvidó el paraguas en casa , quedo en la sala detrás del sofá ,por lo que pasaron días sin ser visto. Ella no apareció a reclamarlo y al yo encontrarlo le avise a mama del perdido hallado. Ella me pidió llevárselo a doña Raquel ,así que tome esa tarea con interés ,pues ver a esa señora daba algo semejante a la alegría y además sería una obra buena devolvérselo a su dueña. Llegue a su residencia golpee y golpee pero ella no apareció y una atenta vecina me indico que Doña Raquel había sido trasladada  de escuela y hacia una semana había dejado el pueblo ; así que dejo olvidado su paraguas.
 El citado  glorioso paraguas quedo en casa y fue durante largo tiempo un compañero útil en las tardes de chubasco ,así mismo permitía el recuerdo de esa agradable mujer que adornaba el jardín  de casa en tardes de paramunas.
Minfanteo